Un poema a la vida no garantizada

Damos la vida por garantizada
cuando, garantizado, no hay nada.

O casi nada. Las memorias,
los momentos y las historias

pasan como estrella fugaces.
Por eso, perdona, haz las paces,
abraza, ríe, disfruta de lo que haces.

No des todo lo que tienes por sentado

Si has perdido en la vida de una forma dura,
sin poder decir adiós o sin esperarlo,
sabes que no puedes darlo todo por sentado.

Di ese te quiero que te arde en el pecho,
ve a esa fiesta, declara tu amor, abraza a tu abuela,
dale un beso a tu hijo, haz ese viaje, sal a correr.

Las excusas, la hipoteca, el jefe, la nómina.
El recuerdo. El amor que diste. Tu energía.

Tú decides el porqué de tu paso por aquí.

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